La policía solicita los servicios de los luchadores Octagón y Atlantis para capturar una banda de traficantes de armas. El jefe de esa banda hace que sus hombres usen un medallón para identificarse, pero que en realidad son bombas con las que los elimina a control remoto cuando son capturados. Eso dificulta las investigaciones de los luchadores, pero descubren que una periodista es cómplice de la banda y que le pasa información. Luego Octagón finge descuidarse para que la banda lo ataque, pero Atlantis está listo para capturar a los delincuentes y consigue datos de un embarque de contrabando. Octagón se enfrenta al jefe, lo elimina y le quita una reliquia que había hurtado a su padre. Después Octagón y Atlantis vencen en una lucha de campeonato a dos poderosos rivales.