En 1939, el diplomático checo Jan Masaryk huye a los Estados Unidos para escapar de su pasado reciente: Alemania ha invadido Checoslovaquia y ahora es un hombre sin nación; porque, como embajador checoslovaco en Londres, no logró ganarse el apoyo de los británicos y no pudo evitar la caída de su país y el estallido de la Segunda Guerra Mundial.